Vivimos en la época de la inmediatez, de las pantallas, de las redes sociales, del cortoplacismo y día tras día solemos escuchar en nuestras clases que estudiar no sirve para nada.
La formación y la educación han servido para transmitir el conocimiento de generación en generación y seguir avanzando con nuevos descubrimientos. ¿Qué pasaría si se cerraran las escuelas? ¿Cómo seríamos un siglo después? Volveríamos a empezar y nos costaría miles de años acercarnos a donde hemos llegado.
Vivimos en un municipio que depende del turismo, donde encontrar trabajo poco cualificado es fácil a corto plazo. Cuando eres joven, estudiar supone un esfuerzo con beneficios a largo plazo, y es difícil competir con el sueldo de un trabajo que ganas desde el primer día. A veces es complicado motivar y convencer a los jóvenes a formarse y luchar por sus sueños, cuando ven a su alrededor a amigos con coche nuevo y dinero entrando en la cuenta.
Pero entonces, ¿para qué sirve estudiar?
- Para ser más libres, más críticos con el mundo que nos rodea y con nosotros mismos y convertirnos en personas más difíciles de manipular y engañar.
- Para ser mejores personas, porque estudiar nos permite entender el mundo que nos rodea y descubrir cómo contribuir a mejorar nuestra sociedad.
- Para ser más competentes, porque estudiar, incluso conceptos cuya utilidad se puede discutir, ayuda a la formación de nuestro cerebro en el desarrollo de la memoria, la concentración, el razonamiento, el cálculo y las inteligencias.
- Para acceder a la formación profesional o a la universidad y ampliar conocimientos sobre lo que más nos guste y poder dedicar la vida profesional a ello.
- Para abrirnos más puertas, ya que la mayoría de trabajos exigen como mínimo tener el título de la ESO y sin él, las posibilidades se reducen considerablemente.
- Para nutrir nuestras inquietudes y saciar nuestra curiosidad sobre cualquier tema de historia, literatura, matemáticas, nuevos idiomas, etc.
- Para ser económicamente más solventes, ya que está demostrado que a mayor nivel educativo, mayores son los salarios.
Lo que está claro es que NO ESTUDIAR sí que NO SIRVE PARA NADA.
Siempre se recuerda con nostalgia la etapa escolar. Un momento de la vida único donde no hay que tomar grandes decisiones ni hay que preocuparse sobre la economía familiar. Solo hay que ir a la escuela o al instituto, donde nos encontramos con amigos y unos adultos que nos enseñan muchas cosas de diversos temas. Nunca más volverá a ocurrir y, probablemente, habrá temas de historia, geografía o biología que ya no volverás a oír a no ser que tengas la iniciativa de investigarlos por ti mismo.
¿Cuántas veces nos hemos lamentado sobre decisiones del pasado que nos han afectado años después? Hay una gran cantidad de adultos a los cuáles les habría gustado haber continuado sus estudios, pero unos por trabajo, y otros por desinterés o incluso por falta de oportunidades o motivos económicos (ya que hace años la vida no era tan fácil como ahora) no continuaron estudiando. Y aún sabiéndolo, no solo se replica la historia, sino que aparecen argumentos que lo justifican; como el recurrente “yo conozco a un ingeniero que está en el paro”.
Está claro que el sistema educativo es mejorable, que podrían incluirse otras asignaturas más útiles, pero es difícil satisfacer los intereses de todas las personas. Al futuro poeta quizá no le interesarán las matemáticas, a la ingeniera la literatura o al pintor la ortografía, pero la idea es que tengamos una base sólida sobre las cosas que se consideran más importantes para que luego cada uno siga su camino, ya sea estudiando más, creando una empresa, escribiendo, pintando, o lo que más le interese.
Muchas personas se preguntan cómo es posible que hayamos sido capaces de llegar a la Luna, pero aún no hayamos encontrado una cura contra el cáncer o el alzheimer, o sigamos contaminando tanto sin encontrar solución a la emergencia climática. La solución está en el futuro y vosotros sois ese futuro.
ESTÁIS EN UNO DE LOS MEJORES MOMENTOS DE VUESTRA VIDA, ASÍ QUE OS ANIMAMOS A ESFORZAROS Y DISFRUTARLO, Y QUE EL DÍA DE MAÑANA TENGÁIS LA CAPACIDAD Y LAS HERRAMIENTAS PARA QUE BRILLE NUESTRA ISLA O CUALQUIER OTRO RINCÓN DEL MUNDO.